martes, 28 de julio de 2009

AL RESPIRAR (Pequeño bodegón de fuego y desamor)

Estamos de rebajas en "Canciones desde palacio": dos temas de Vetusta Morla por el precio de uno. El calor derrite mis neuronas y no consigo escribir un buen relato para esta gran cación. El próximo post será también para este grupo y llegará en apenas unos días. Prometo que será mejor.
Feliz verano a todos.
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AL RESPIRAR
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Te he dejado en el sillón las pinturas y una historia en blanco. Coloréala a tu gusto y hazme a mí el culpable de todas tus infelicidades, si eso sirve para que te sientas mejor. Estampa en rojo las heridas que causé en tu maltrecho músculo cardíaco. Añade en tonos azules las nubes que representan los sueños que se te rompieron debajo del vello de mi pecho. Usa el verde para recordar que la esperanza comienza ahora que ya me he ido. Tiñe de violeta los moratones que brotaban en tu autoestima cada vez que yo la golpeaba con mis reproches y mis silencios premeditados. Impregna el resultado de marrón como metáfora absurda de toda la mierda que tuviste que tragar estando conmigo. Cúbrelo todo de negro para olvidar mi rostro y todo lo bueno que hice por ti.
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Te he dejado en el sillón las pinturas y una historia en blanco. No hay principio ni final, sólo lo que quieras ir contando. Dibuja nuestro mural a tu antojo y borra los detalles que te convengan para odiarme todavía un poco más. Tacha los paisajes en los que tus gritos histéricos iluminaban de amarillo las sábanas de nuestra cama. Suprime los pasajes en los que tus uñas se clavaban como garras en mi espalda blanquecina. Descarta los platos que me lanzabas en la cocina, los puntapiés que me dabas por debajo de la mesa, los insultos inmerecidos y los injustificados ataques de celos que me convertían en el villano de la función. Inventa unas cuantas anécdotas y adórnalo todo con las mentiras que elijas para creer que alguna vez fuiste mejor que yo.
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Te he dejado en el sillón las pinturas y una historia en blanco. Yo me marcho a otro lugar; puede que el viaje sea largo. Quédate con mi fantasma y con mi colección de cine clásico en deuvedé, con los discos de los Beatles y con los peces de colores que nadan detrás del cristal. Yo me llevo en la maleta un pedazo de tu alma y cuarto y mitad de tus vísceras lastimadas, el gato que encontramos en la calle y aquel cuadro que pintaste para mí. Te dejo también todos nuestros álbumes de fotografías y los poemas que me inspiraste durante el largo periodo de compartimos en esta casa; puedes quemarlos si quieres en la hoguera que acabo de encender en el salón.
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Quizás mientras acabas de leer esta carta el humo que surge de la fogata empañe tus ojos y te impida distinguir mis letras con nitidez. No te preocupes. Cierra con fuerza la boca y aprieta con tus dedos el papel. Busca a tientas los pinceles y da rienda suelta a tu rabia hasta que no puedas soportar el olor a chamuscado que hay alrededor de ti. No te ahogues en la profundidad de tu tristeza ni en las cenizas que flotan en la habitación. Trágate tus últimas lágrimas. Engulle tu orgullo y deshaz el nudo que hay entre tus manos. Aleja los lienzos y tus acrílicos de las llamas para que no las propaguen aún más. Intenta no respirar.
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Vetusta Morla, Al respirar. De su disco Un día en el mundo. Videocreación de Ykharo.
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