miércoles, 8 de abril de 2009

UNIVERSOS INFINITOS

Santi tiene la sensación de ser la mitad de todos los que ha sido, el doble de todos los que será. Carga en su espalda el peso de los cadáveres de sus personalidades desechadas, de sus rostros desaparecidos, de sus máscaras abandonadas, de sus vidas inconclusas. Amontona en su mochila las épocas pasadas que ya no regresarán, los sueños que creyó tener y las pesadillas que tanto le atormentaron, las oportunidades que dejó pasar y las esperanzas que nunca llegaron a materializarse. Todo ese peso en sus lumbares le recuerda cada mañana, mientras prepara su desayuno con rutinaria devoción, que su vida actual es sólo otra realidad igual de incierta.
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Imagina su existencia como una eterna sucesión de puertas entreabiertas que nunca se atrevió a cruzar. A veces se pierde en ese entramado de zócalos inalcanzables. Cada descisión que ha tomado, cada paso que se atrevió a dar, conduce a un mundo desconocido en el que cualquier otra vida había sido posible. Por suerte, Santi sabe que no puede asomarse a esas puertas a mirar. Ahora mismo podría ser una estrella de cine, o un afamado escritor, o un proxeneta despiadado, o un transexual drogadicto, o un maestro de escuela, o un agricultor. Ahora mismo - piensa Santi con rictus de nostalgia -, podría estar incluso muerto o algo mejor. Pero a Santi no le gusta dar demasiadas vueltas a esos asuntos; esas cavilaciones no conducen a nada y sólo le producen tristeza y desconcierto. Su vida de ahora es su vida de ahora y él sabe que ya no hay marcha atrás; es incierta pero es la que tiene y no piensa desaprovecharla ni un día más.
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- Ahora dicen que hay muchos más universos, infinitos, como el nuestro - escucha Santi en un programa bastante extravagante de Radio 3.
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- No me digas - responde él al aparato como si el receptor pudierla oírle -; me acabas de descubrir América...
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En el suelo de su habitación hay unas canicas tiradas. Sin saber muy bien porqué, Santi se pone a hacerlas rodar.
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Love of Lesbian. Universos infinitos.
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Pocoyó. Las mil puertas.
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